Cuando el tiempo es oro
Rosa y su hermana Marta decidieron comprar una silla salvaescaleras cuando su padre Pedro, de 94 años, empezó a tener serios problemas de movilidad. “Mi padre está muy mayor y tenia gran dificultad al subir y bajar las escaleras”.
Las hermanas Ribet se pusieron en contacto con Incisa, después de que unos amigos les recomendaran el servicio. “Buscábamos una silla que fuera cómoda para él, y que fuera a la vez recia, porque nuestro padre es un señor bastante corpulento. Comparamos con otras compañías pero encontramos que las sillas eran mas débiles que la que habíamos visto con Incisa, así que nos decidimos por esta”.
Rosa recuerda, “Hicieron la instalación hace un año y medio, fue muy buena y sin complicaciones. Hace unas semanas tuvimos la revisión y, hasta el día de hoy, todo ha ido muy bien”.