Andadores para personas mayores
Quitemos el “miedo a caerse” de la ecuación. Más seguridad y comodidad al caminar con un andador para personas mayores.
Escrito por Stannah
Una persona mayor que, a razón de una caída anterior, enfermedad cardiorrespiratoria, artritis u otra condición musculoesquelética, tenga dificultades al andar, suele tropezar o presenta falta de equilibrio, tiene todas las condiciones reunidas para volver a caer. Caída tras caída, los problemas de rodillas, de cadera y de espalda se hacen cada vez más complicados de paliar.
Un andador para una persona mayor con movilidad reducida es crucial para aplazar o incluso evitar el uso de la silla de ruedas.
Y es ahí, en esa línea tan tenue entre el no poder andar, pero el no querer rendirse ante la silla de ruedas, que entra el andador, andadera o caminador, como una solución ortopédica. Un accesorio ortopédico clásico, sí, pero verdaderamente eficaz a la hora ayudar a recuperar alguna de la movilidad perdida.
Lo saben muy bien los médicos y fisioterapeutas que una persona mayor que elija moverse en silla de ruedas tiene después pocas posibilidades de volver a caminar de forma independiente. Sin embargo, la persona mayor que, aunque debilitada, elije intentar utilizando el andador, seguirá reforzando sus músculos y seguirá activa, y disfrutará de alguna independencia para moverse por casa o incluso por la calle por más tiempo.
Un andador para mayores como ayuda técnica a la movilidad
Miles de españoles de edad avanzada utilizan ayudas técnicas en su día a día ya sea por dolencias provocadas por el envejecimiento natural o por consecuencia de caídas. Empezando por el bastón, pasando por el andador y la silla salvaescaleras, terminando en la silla de ruedas. Pero la silla de ruedas es lo que queremos evitar al máximo.
El andador es, en realidad, la ayuda de elección de la mayoría de las personas mayores que desean mantenerse activas e independientes. El andador los acompaña a todas partes. Lo único en que el andador no puede ayudarlos es a subir y bajar escaleras, pero para eso estarían las sillas salvaescaleras.
¿Pero cómo identificar cuando necesitamos aconsejar el andador a nuestro ser querido mayor? Hay que estar atentos a algunas señales.
5 Señales de alarma de que un anciano necesita un andador
A los que cuidamos a nuestros seres queridos mayores o los visitamos a los fines de semana, ya seamos familia o amistad, debemos siempre intentar notar los cambios físicos y psicológicos. Si estuviera recuperando de una cirugía o de una lesión, sabemos que esos cambios podrían ser temporales. Pero si esta persona que conocemos de toda la vida presenta diferencias en la forma como se mueve y en su actitud a la hora de realizar ciertas tareas, de la nada, hay que estar alerta.
Las señales de alarma que indican que esta persona de avanzada edad necesitaría un andador, son:
- Presenta signos de pérdida de equilibrio
- Demuestra mucho miedo a caerse y evita caminar
- Siente debilidad muscular al caminar y procura no moverse
- Tiene problemas de salud respiratoria o cardíaca
- Cuando un bastón ya no proporciona suficiente apoyo
La inseguridad se instala y le paraliza. Pero muchas veces, el estigma asociado al andador hace con que estas personas a menudo lo rechacen, por no querer parece demasiado mayor o dependiente. Sin embargo, hay que ayudarles a entender que el andador les sirve para ser más independientes, por más tiempo, como tanto desean.
¿Qué beneficios puede tener un andador para una persona mayor, además de los evidentes?
Cuando somos jóvenes o de mediana edad, damos por garantizado la simple tarea de levantarnos e ir a la cocina beber un vaso de agua en un abrir y cerrar de ojos. No nos imaginamos lo que es estar sentado, tener sed, pero con solo pensar en levantarse y hacer todo el recorrido agotante y estresante hacia la cocina, pensar:
“Pues iré a beber agua más tarde, cuando sea la hora de tomarme las pastillas”.
Y así, van cambiando sus rutinas, por temor a caerse y cada día más confinados al sillón y comprometiendo su salud. Los músculos de las piernas y abdominales que, naturalmente, van perdiendo tono, sufren un decaimiento aún más acentuado por la falta de movilidad.
Un andador puede traer la libertad de movimiento por toda la casa, sin que eso suponga un riesgo de caída. Imagínese todo lo que una persona mayor puede hacer, si quitamos de la ecuación el factor “miedo a caerse”:
- Caminatas más seguras: un andador en el que confiar totalmente aumenta la seguridad de la persona mayor en la caminata. Ya sea que esté caminando dentro de su casa, en su jardín o en la calle, tendrá más estabilidad y podrá tener la tranquilidad de saber que se disminuye el riesgo de caída. Se sentirá segura para salir más veces de casa, sin necesidad de la ayuda de terceros.
- Pérdida de peso: caminar y una alimentación sana, pueden ayudar a la persona a perder peso. Apoyada de su andador, podrá hacer caminatas cada vez más largas y por períodos de tiempo más largos.
- Posibilidad de descansar: cuando se sienten seguros y apoyados por su andador, la persona mayor puede aventurarse a caminar un poco más, pero eso también significa que tendrá necesidad de descansar. Con un andador, podrá parar y apoyar el peso del cuerpo o incluso sentarse, si es un andador que incluye asiento.
- Menos estrés en el cuerpo y en la mente: el apoyo adicional y la capacidad de soportar parte de su peso implican menos estrés en el cuerpo debilitado de la persona mayor. Le ayudará a tener más resistencia, a mantener sus niveles de energía altos y le permitirán seguir con su día sin sobrecargar sus músculos y, claro está, sin el estrés provocado por el miedo a caerse.
¿Qué tipos de andadores para ancianos existen en el mercado?
Existen muchos tipos de andadores para ancianos, muchas formas, tamaños, estilos y precios diferentes.
El tipo de andador se debe elegir debe ser siempre adaptado a la condición de física de la persona mayor. Algunas lo utilizarán para situaciones concretas, como salir a la calle, mientras otros lo utilizarán todos los días, a todas horas, incluso dentro del hogar.
8 características que debemos tener en cuenta cuando elegimos un andador
Pero hay unas cuantas características que debemos tener en cuenta cuando elegimos un andador para un ser querido de edad avanzada:
- Peso del andador – si el objetivo es ayudar una persona de edad avanzada en su movilidad con un andador, no nos interesa que después no pueda cargar o mover el andador de forma independiente. El andador debe ser lo más ligero posible, para apoyar y no obstaculizar la movilidad.
- Portabilidad – el andador debe ser plegable para que se pueda trasportar fácilmente en el maletero de un coche. Dependiendo del modelo, la función plegable puede ser más o menos práctica. Habrá que tener mucha atención con este detalle, para que el andador se pueda trasportar y guardar fácilmente.
- Anchura del andador – es importante que verifique, antes de comprar el andador, la anchura para verificar si es compatible con la anchura de todas las puertas de la casa de la persona mayor que lo utilizará.
- Con o sin asiento – hay muchos modelos de andadores más modernos, de cuatro ruedas, que incluyen asientos acolchados. Si eliges uno de estos modelos, verifique que la altura y anchura del asiento son adecuadas a tu ser querido mayor.
- Sistema de frenos – la mayoría de los andadores no disponen de sistema de frenos. Por lo general, no lo necesitan. Pero para los andadores con ruedas, es imprescindible. El sistema de frenos puede ser una palanca que el usuario podrá apretar sin esfuerzo, ya que puede sufrir de debilidad en las manos también.
- Empuñaduras ergonómicas – la posición de las manos y la destreza de los brazos es esencial para utilizar un andador, por lo que las empuñadoras deben ser lo más confortables posible, para que la mano, incluso las que tiene artritis, se ajusten lo más naturalmente posible.
- Bolso incorporado – si la persona mayor decide ir a la compra o al médico con el apoyo de su andador, parece imprescindible que su andador tenga un bolso donde pueda colocar la cartela y sus papeles. Así, no necesita llegar un bolso aparte.
- Precios – el precio dependerá del modelo de andador, naturalmente. Pero rango de precios será entre 50 € a 200 €. En este rango, encontrará seguro un andador que se adapta a la persona mayor que lo necesita y estará dentro de un precio razonable. A no ser que la persona necesite un tipo de adaptación específico, entonces sí, el precio podría superar los 200 €.
Andadores para adultos mayores sin ruedas o con ruedas, ¿qué elegir?
Andadores para adultos mayores con movilidad reducida, sin ruedas, hay de tres categorías:
- Simple: es más difícil de manejar y supone que el usuario debe aprender a utilizarlo. Ofrece un poco más de estabilidad que el bastón;
- Articulado: cada lado del andador puede moverse de forma independiente y alternativa. Al contrario del simple, no necesita levantar el andador entero para poder caminar.
- Con ayuda: este andador se caracteriza por tener dos empuñadoras. Las normales, para caminar, y otras, más bajas, que sirven de apoyo al usuario para levantarse desde la posición de sentado.
Andadores con ruedas hay de dos categorías, que difieren de los andadores sin ruedas fundamentalmente porque ayudan a disminuir aún más el esfuerzo del usuario, ya que éste no necesita levantar o alzar el andador para poder caminar.
- De dos ruedas: con ruedas en la parte delantera y patas fijas atrás, solo se recomiendan para interiores. Las pequeñas ruedas de que disponen no son aptas para circular por suelos irregulares, como las aceras. en la parte frontal cuentan con dos patas fijas en la trasera. Su uso se recomienda en interiores, pues sus pequeñas ruedas no son idóneas para circular por terrenos irregulares o sobre las aceras de la calle.
- De tres o cuatro ruedas: estos andadores son cada vez más populares entre sus usuarios porque son mucho más fáciles de utilizar, ya que disponen de ruedas más grandes, con dirección e incluso frenos en las ruedas traseras. Para una persona que quiera mantenerse muy activa, salir a la calle, recorrer las calles y jardines, este es el andador ideal.
Subvenciones de la Seguridad Social para la compra de un andador
Si su médico de cabecera o un profesional de ortopedia recomiendan el uso de un andador para su ser querido mayor, sepa que El Sistema Nacional de Salud ofrece subvenciones para la compra de andadores de cualquier modelo. El trámite debe realizarse a través de la Seguridad Social de la Comunidad Autónoma donde reside el usuario que pedirá la subvención.
Esta subvención se rige por el «BOE» núm. 22, de 25 de enero de 2019, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, referente a la prestación ortoprotésica suplementaria, como los andadores. Presentamos un cuadro adaptado, del boletín mencionado, donde constan los importes máximos de financiación:
Categorías de andadores | Tipos de productos | Importe máximo de financiación (€) | Sin impuestos (€) | |||||||||
Andador sin ruedas |
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Andador con ruedas. |
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Andador con control postural de tronco y pelvis. | Andador con control postural de tronco y pelvis, graduable en altura y con freno, para niños y adultos. | 1.414,01 | 1.285,46 | |||||||||
Andador anteroposterior. | Andador anteroposterior graduable en altura, con asiento abatible y freno, para niños y adultos. | 837,36 | 761,24 |
Sin embargo, para los andadores, se prevé que el usuario debe aportar también hasta 30,05 euros de precio total.
La documentación que necesitas presentar es la siguiente:
- Prescripción médica, con el código del artículo
- Factura original de la ortopedia de fecha posterior a la de la subvención, con los datos del beneficiario y el código del artículo.
- Fotocopia del DNI del paciente que lo utilizará.
- Fotocopia de la tarjeta sanitaria.
- Fotocopia del número de cuenta bancaria, para que te puedan abonar la subvención.
¿Cómo utilizar un andador o caminador para ancianos?
Para utilizar un andador de forma adecuada, correcta y segura, es necesario seguir los siguientes pasos de preparación:
- Ajustar a la altura adecuada – la mayoría de los andadores tiene la posibilidad de ajustar la altura. Hay que probar, con el usuario, la altura más adecuada.
- Posición de las manos – elegir la posición más cómoda para el usuario, de manera a disminuir el esfuerzo y a garantizar el equilibrio y comodidad en la marcha.
- Empezar despacio – empezar a utilizar el andador con pequeños pasos. Tomarse su tiempo para adaptarse al andador es fundamental para el usuario no se agobie y desista tras el primer intento.
Ante la cantidad de andadores disponibles en el mercado, lo mejor es contar con el asesoramiento de profesionales que podrán indicarte exactamente qué modelo necesita tu ser querido mayor. Incluso podrá ser necesario que un fisioterapeuta le ayude a explicar de forma idónea cómo utilizar y sacar el mayor provecho del andador. Póngase siempre em manos de profesionales. Ayudemos a quitar el miedo y el estigma de la ecuación.